martes, 24 de marzo de 2015

"More Than One Way to Skin a Building"




“MORE THAN ONE WAY TO SKIN A BUILDING”

Alexandra Lange as guest speaker at a free public forum presented by the Faculty of Architecture, Building and Planning at the University of Melbourne . The event explored the function and evolution of architecture writing and how digital media has opened up a new and seductive space for design criticism.
Alexandra Lange has made a name for herself as a critic and writer on the influential Design Observer website. She is author of the acclaimed Writing About Architecture (2012), and her lucid and entertaining critiques have appeared in The Architect's Newspaper, Architectural Record, Dwell, Metropolis, Print, New York Magazine and The New York Times.
Leading figures in Australian architectural media joined Lange to explore the challenges and potential of critical discourse, the built environment and digital media.

The panel line-up included: Justine Clark (architectural writer, editor of Parlour and former editor of Architecture Australia), Michael Holt (editor of Architectural Review Asia Pacific), Dr. Rory Hyde (broadcaster, blogger and author of Future Practice, 2012), and academic Dr Karen Burns (University of Melbourne).


This recorded event (from March 2013) is of particular interest to architects, designers, writers, bloggers, publishers and students of architecture, design, cultural studies and journalism.

REPRESENTACION FOTOGRAFICA

ARQUITECTURA Y REPRESENTACIÓN FOTOGRÁFICA.

 DEL DAGUERROTIPO A LOS ÚLTIMOS AVANCES DIGITALES.


 Martí Llorens











El camino recorrido

Cuando en la sesión realizada el 19 de agosto de 1839 en la Academia de las Ciencias de París  el diputado y científico François Arago presentó la invención del daguerrotipo, no sólo comunicó al mundo una nueva invención técnica. Por fin se habían  conseguido fijar las huidizas imágenes que pasaban por la ventana de la Camera Obscura, un antiguo invento ya descrito con precisión por el napolitano Giambattista della Porta a inicios del siglo XVII. Pero lo más importante es que había comenzado una nueva manera de representar, ver y conocer el mundo, una nueva visión de la que actualmente todos somos herederos, deudores y también, dependientes.

El auge de la moderna profesión de arquitecto coincidió, afortunadamente para la fotografía, con sus inicios. En este tiempo se fundaron las primeras sociedades de Arquitectura, aparecieron las primeras revistas especializadas y se publicaron libros como el conocido y polémico Contrasts (1836) del activo padre del neogótico, Augustus Welby Northmore Pugin y el ensayo de John Ruskin,  The Seven Lamps of Architecture (1849). El importante revival historicista demandó un sistema de representación rápido y fidedigno de la arquitectura histórica para proceder a su estudio y posterior restauración. A este respecto y pese a lo discutible que desde la perspectiva actual puedan parecernos, sirvan como ejemplo los trabajos de restauración emprendidos en diversas construcciones medievales francesas por el teórico y arquitecto Eugène Viollet-le-Duc  quien en su Dictionaire raisonné de l´architecture française du XIº au XVIº siècle” recomienda el empleo de la fotografía como eficaz herramienta de trabajo para los arquitectos encargados de la restauración de antiguos edificios.

En el primer cuarto del siglo XIX, el público ya estaba avezado y fascinado por el  empleo de instrumentos generadores de imágenes; artilugios como el taumatropo, el fenaquitoscopio o el zootropo y espectáculos visuales como las proyecciones de linterna mágica o los panoramas donde todos podían ver, con sus propios ojos y como si realmente se encontraran ahí,  ciudades a las que jamás habían viajado. Se había iniciado una nueva manera de ver y conocer. Por lo que respecta a la Arquitectura, se generaron también nuevas exigencias para una clientela que paulatinamente quería ver más acabados los proyectos de edificios que se le presentaban. En definitiva, el cliente deseaba ver el edificio como realmente lo vería si él mismo estuviera ahí.

Desde el siglo XVIII se avanzaba en esa línea. La representación  per angolo, con dos puntos de fuga que sustituia al clásico único punto de vista o de fuga central,  creaba la ilusión de tridimensionalidad al tiempo que mostraba el edificio con proporciones muy ajustadas.  La iluminación dirigida en los dibujos, proporcionaba mayor textura y relieve a las fachadas y la inclusión del edificio en un contexto, esto es, la incorporación al dibujo de nubes, vegetación y personajes,  ayudaban a conseguir una representación más verosímil del mismo. No es casual por tanto que muchos de los primeros fotógrafos fueran pintores y dibujantes que se movían en esta área de trabajo pues su visión de la representación de la Arquitectura por medio del dibujo, se tradujo en visión fotográfica. La naciente sociedad industrial creó nuevos personajes,  como los ingenieros y los constructores, en ambos casos, ávidos de obtener valiosa documentación fotográfica de sus proyectos para la realización de informes y exposiciones donde mostrar las etapas de una obra o las nuevas técnicas de construcción empleadas.

Y es que nunca al mundo se le había visto pasar tan rápido; desde la ventana de un vagón de ferrocarril a todo vapor, el atónito viajero ochocentista veía desfilar vistas cambiantes: las ciudades crecían y se transformaban, desaparecían barrios enteros y aparecían otros nuevos, se emprendían colosales obras de Ingeniería y el paisaje se llenaba de gigantescos viaductos para las nuevas líneas de ferrocarril. Las noticias corrían veloces de un lado para otro gracias al telégrafo y así, el mundo cambiaba y empequeñecía. La fotografía de aquel tiempo fue la herramienta ideal para representar estos cambios a los que también se adaptó con procedimientos técnicos y equipos fotográficos industrialmente viables. Entre otros muchos, las fotografías de Edouard Baldus, Louis Emile Durandelle, Charles Marville, Charles Clifford o Auguste Collard quien se presentaba como fotógrafo de puentes y caminos, nos narran una parte de ese apasionante periodo donde la tecnología de la construcción y la fotografía, se aliaron en un único camino de evolución y progreso.

En ruta

Si en el siglo XIX el mundo empequeñeció y cambió por completo con la implantación de los transportes movidos a vapor y las comunicaciones por hilo a larga distancia, en el siglo XXI estamos asistiendo a otro replanteamiento espacial y perceptual originado por la tecnología informática.

Por lo que respecta a la tecnología fotográfica, el primer modelo de cámara digital comercializable no apareció en el mercado hasta 1994. En la actualidad, el soporte digital es utilizado sin reservas tanto por el aficionado como por el profesional más exigente pues  las prestaciones técnicas y la versatilidad de los equipos no dejan de mejorar. La concepción y el consumo de la imagen digital a través de la red ha marcado el inicio de una nueva etapa en la historia y el desarrollo de la fotografía, con nuevas aplicaciones y usos que la han dotado de una capacidad de expansión y propagación  absolutamente impensable hace menos de dos décadas.

Como fotógrafo dedicado a la documentación de proyectos de Arquitectura e Ingeniería, este nuevo y cambiante panorama posibilita - y también exige - la creación y oferta de nuevos servicios que abran nuevos mercados en distintos ámbitos de carácter técnico, cultural y editorial. Hasta hace muy poco, algunos de estos nuevos servicios no se hubieran considerado dentro del ámbito estrictamente fotográfico. Por ejemplo, el diseño y mantenimiento de un microsite relativo a un proyecto constructivo emblemático por parte del propio fotógrafo que  realiza la documentación gráfica del proyecto.

La tecnología actual permite la creación de nuevos productos audiovisuales. Entre otras cosas, posibilita la hibridación de soportes haciendo que las fronteras entre la imagen fija y la imagen en movimiento esten desdibujadas tanto en su fase de realización como en su formalización. Este es un dato a tener muy en cuenta para el fotógrafo. En el ámbito de la fotografía de Arquitectura, tanto la descripción del proceso constructivo como la obra acabada  pueden plantearse y resolverse de manera muy diferente; inclusión de time lapse tanto en soporte video o fotográfico,  animación de imágenes fotográficas, vistas interactivas de 360 º o grafismo electrónico son algunos de los recursos empleados.

Por otro lado, la digitalización de archivos fotográficos analógicos para su divulgación y acceso al público es una práctica en constante crecimiento. El valor documental, patrimonial y artístico de determinados archivos y la necesidad de conferir a este material difusión y accesibilidad tanto para fines comerciales como de libre consulta, está haciendo que desde los más importantes archivos de ámbito estatal a los archivos de  instituciones y empresas privadas, se  emprenda, conforme a las necesidades planteadas y acorde a sus posibilidades, la digitalización del material fotográfico analógico custodiado.

William Henry Fox Talbot, inventor del procedimiento fotográfico del calotipo, decía creer que su casa de campo de Lacock Abbey había sido la primera casa en dibujar su propia imagen allá por el verano de 1835. Lo cierto es que fue el tema de muchos de sus ensayos fotográficos ya que según él, era idónea para ese propósito dada su antigua y notable arquitectura... Nunca sabremos con toda certeza si la mansión de Fox Talbot fue la primera casa en ser fotografiada. En todo caso, celebrando en 2014 el 175º aniversario de la histórica presentación del diputado  Arago, podemos estar seguros de la incondicional y fructífera relación que desde entonces, mantienen sin reserva la Arquitectura y la Fotografía.

Martí Llorens (Barcelona, 1962) es fotógrafo de la empresa especializada en la documentación de proyectos constructivos. Tempus Fugit Visual Projects SL.